lunes, 2 de junio de 2008

Hace un año atrás sentía que mi familia era especial, Dios nos protegía, mi mamá y papá había padecido cáncer y ambos habían sanado. Sin embargo un 2 de junio del 2007un doctor, con la poca humanidad que les va dando la experiencia y el dar día con día malas noticias, me hizo dar con la nariz en piso, al decirme que mi mamá tenia un glioblastoma, muy avanzado en el cerebro, en la zona del lenguaje, que no era operable y que mi mamá no volvería JAMAS a ser la mujer que yo conocí, que le quedaban de 6 meses a un año en el más optimista de los pronósticos.
Creo firmente que las cosas pasan por algo, que tenemos algo que aprender de cada suceso que nos pasa por doloroso que sea.
Yo a casi un año del hecho más doloroso que me a tocado vivir, puedo decir que aprendí que:
Podía hablar con miradas, gestos, caricias.
Quiero a mi hermana más de lo que pensaba.
Tengo muy buenos amigos, incondicionales.
NADA, ni trabajo ni responsabilidad alguna es más importante que los que queremos.
Me queda mi papito y debo disfrutarlo y cuidarlo.

Finalmente creo que aprendí que lo que no te mata, te hace más fuerte y yo hoy soy más fuerte que hace un año.
Te quiero mamita, gracias por tu entrega sin límite, gracias por ayudarme a ser la mujer que soy.

5 comentarios:

Daniel Miranda Bianchini dijo...

Hola Marce, volvi, no se cuanto dure con este blog, pero subi fotos otra vez.

Saludos

Anónimo dijo...

Hola Mae. Me emocionó mucho lo que escribiste. Qué malo que algunos médicos se olviden de que enfrente tienen a un ser humano al momento de dar noticias. Lo bueno es que de toda esta experiencia sacaste muchas cosas buenas y muy importantes.

Te cuento que mi nena sí ha estado mejor de salud, en general. Como te imaginarás, los contagios en la guardería son cosa de todos los días. Pero gracias a Dios no ha sido nada grave. El hecho de que estemos entrando al verano ayuda un poco, pero lo mejor es que le estuvimos dando un refuerzo para subir sus defensas y eso es lo que más le ayudó.

Sí conozco las agujas circulares, pero me cuesta mucho manejarlas porque yo tejo con la aguja derecha abajo del brazo. Pero igual ya lo terminé y sí me entraron todos los puntos. Ahora estoy a punto de destejerlo. Esta noche lo resuelvo.

Te dejo muchos besos, y espero que tus nenis mejoren y que el clima mejore también.

manitos a la obra........ dijo...

OOOOHH MAE..PIENSO que eres una mujer muy fuerte y muy valiente...no todos podemos enfrentar situaciones tan difíciles..como una enfermedad incurable..más en un ser tan cercano y querido como nuestra propia madre...HA SIDO UNA GRAN PRUEBA ..como decía su santidad Juan Pablo II...EL AMOR ES MÁS FUERTE...un abrazo bien grande y un besote...GINITA

MARIELLA dijo...

Querida, Mae tu experiencia me hace pensar sobre las experiencias que me ha tocado vivir, han sido variadas y cual de ellas mas dolorosas, y te confieso que no las he superado.

Admiro tu forma de entrentarte a esta nueva forma de vida, la que te dejó vacios y que a pesar de eso, tienes dichas que jamas antes habias dimensionado.

Es cierto uno no "no valora las cosas/ situaciones hasta que las pierde", ahi uno recien cae del Olmo y se da cuenta de que tan rapido ha pasado el tiempo y de como nosotros no hemos atesorado esos tan preciados momentos.

La sutileza es una se escribe con pluma y no todos saben hacerlo, es mas te acaricia con manos de hierro, pocas personas en su andar la hacen propia, el entorno los acoraza, y no es culpa de la persona en si, asi lo tuvo que establecer, porque aprendió de otros, y asi ha sido.

Mae, que la gratitud descanse siempre en tu familia, que la paz inunde de tu alma y que irradie una luz calida, para que sientas que tu mamita estará contigo por siempre.

Un abrazo , de quien no tuvo infancia y que extraña mucho, pero pucho a su abuelita, su gran amiga.

R.M dijo...

No sé como he llegado a tu blog. Bueno si lo sé, pasando de blog en blog hasta caerme en el tuyo. Te leo y pienso que es por esto que has escrito, por lo que he llegado a ti. El destino.

Hoy hace seis meses que he perdido a mi madre, en lo mejor de su vida (61 años), sin saber que estaba enferma, ni saberlo nosotros. Sin poder despedirnos en persona, sin poder abrazarla y besarla por ultima vez.

Como bien dice Isabel Allende... que suerte que solo hay una madre, porque nadie podria soportar el dolor de perderla dos veces.

Yo aun estoy sumida en ese dolor.

Besos desde Asturias